Haz tu propio exfoliante corporal casero con mi receta

  • Por: Elena
  • Publicado el 07-01-2021

¿Buscando el exfoliante corporal casero ideal? No busques más.

Después de probar varias combinaciones con diferentes ingredientes, he encontrado el que para mí es el complemento perfecto para tener una piel radiante.

Lo he estado usando durante unos meses y he pensado que ya era hora de compartirlo.

Es muy sencillo de hacer desde cero, necesitarás muy pocos ingredientes y funciona a las mil maravillas.

¡Dejará tu piel brillante, suave y flexible por más tiempo!

Exfoliante corporal casero paso a paso

Ingredientes que necesitarás:

  • 200 g de azúcar (puede ser blanquilla, moreno, orgánico, turbinado, etc.)
  • 3 cucharadas, más o menos, de aceite de almendras dulces, jojoba o de oliva virgen extra

Ingredientes opcionales:

  • 1 cucharadita de extracto de vainilla sin alcohol
  • Unas pocas gotas de aceite de vitamina E
  • El jugo de medio limón pequeño
  • O unas pocas gotas de tus aceites esenciales favoritos (menta, lavanda, geranio, etc.)

Cómo hacerlo:

  1. Poner el azúcar en un recipiente pequeño y añade el aceite cucharada a cucharada, mezclándolo siempre después de añadir la última.
  2. La consistencia que debes buscar es arenosa, no una sopa. Si añades demasiado aceite, el azúcar se disolverá en poco tiempo y te quedarás sin los gránulos exfoliantes.
  3. Añade los ingredientes opcionales de tu elección y vuelve a mezclar.
  4. Trasvasa la mezcla a un bote con tapa o tubo de plástico con tapa abatible. ¡Ya tienes tu exfoliante preparado y listo para usar!

¿Necesitas añadir un conservante?

No, ya que este exfoliante corporal no contiene agua, no necesitas añadir ningún tipo de conservante.

Aún así, no suelo hacer más cantidad de la que pongo en la receta para consumirlo en poco tiempo.

Cómo usarlo:

Te recomiendo que lo apliques al final de la ducha baño con movimientos circulares ascendentes.

Una vez que te hayas remojado en la bañera o duchado unos minutos, la piel estará más receptiva para deshacerse de todas las células muertas.

Después de exfoliar todo el cuerpo, aclara bien todos los gránulos.

Este exfoliante se puede usar de 2 a 4 veces por semana (dependiendo del tipo de azúcar y del tipo de piel).

Cómo almacenarlo:

Siempre tengo mi exfoliante corporal a mano en el carrito de la ducha, así que nunca se me olvida utilizarlo.

Suelo guardarlo en un bote de plástico con tapa abatible para que no entre agua dentro y el azúcar se disuelva antes de tiempo.

Esto además permite que los ingredientes no se contaminen y estén expuestos el mínimo posible al aire y la luz.

Los beneficios de un exfoliante corporal de azúcar

El azúcar es un exfoliante ideal, sobre todo para el cuerpo, pues te ayudará a deshacerte de toda la suciedad, el exceso de grasa y las capas de células muertas acumuladas.

Y esto no es solo por el efecto de sus gránulos al rodar sobre la epidermis.

El ácido glicólico esta presente en el azúcar de forma natural, potenciando sus efectos exfoliantes.

Y el ácido glicólico no solo es bueno para limpiar y disolver el pegamento que une las células muertas, sino que también favorece la síntesis de colágeno natural.

Esto ayudará a mantener la dermis en óptimas condiciones y evitar su envejecimiento prematuro.

Y además también actúa como humectante, por lo que no despojará a tu piel de sus preciosos aceites naturales protectores.

Desde el primer uso podrás ver tu cuerpo más suave y brillante.

Y a estos beneficios hay que sumarle todo lo que el aceite elegido puede aportar.

Tipos de azúcares que se pueden utilizar

Hay tres tipos principales de azúcar que puedes elegir para hacer tus exfoliantes en casa: blanquilla, moreno y turbinado.

Personalmente, suelo utilizar el azúcar blanquilla porque es el que tengo más a mano y el mejor para mi tipo de piel.

Sin embargo, siempre recomiendo probar los diferentes tipos para descubrir qué es lo que mejor funciona para tu tipo de piel en concreto.

  • El blanquilla (sin refinar) es apto para todos los tipos de piel, pues tiene un gránulo pequeño y contiene algunos nutrientes esenciales beneficiosos. Se puede usar un par de veces a la semana.
  • El moreno es la variedad más amable con la dermis, por lo que lo recomendaría para los más sensibles, e incluso para el rostro. Lo puedes usar de 2 a 4 veces a la semana.
  • El azúcar turbinado es el menos conocido y el más grueso de los tres, por eso no suelo utilizarlo a menudo. También contiene minerales esenciales. Lo recomiendo utilizar una vez a la semana.

Si tienes un tipo de azúcar concreto, pero te resulta muy agresivo para tu epidermis, te voy a dar un truco: pulverízalo un par de segundos con un molinillo o robot de cocina.

Así sus gránulos tendrán un diámetro menor y podrás usarlo en tu piel sensible sin problemas.

Tipos de aceites portadores que puedes usar

Cuando empecé a hacer mis propios exfoliantes para el cuerpo, usé el que tenía más a mano, el de oliva virgen extra.

Pero desde entonces he usado otros tipos, como el de jojoba y almendras dulces.

Al igual que con el azúcar, recomiendo probar diferentes aceites, o mezclarlos y combinarlos, para ver qué es lo mejor para tu dermis.

  • Jojoba: Es muy similar a nuestra grasa natural, así que es uno de mis preferidos. Además, tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas. No te va a provocar brotes y en cambio nutrirá al máximo tu piel.
  • Oliva: Muy beneficioso para las pieles más secas, pues se hunde profundamente en la dermis y la repone de humedad. También es bueno para calmar la piel con picor.
  • Coco: Es una opción muy hidratante. Suaviza la piel y no obstruye los poros. También tiene propiedades antibacterianas que mejorarán los signos de acné. Busca el aceite de coco sin refinar, o prueba el aceite de coco fraccionado, ya que no es grasiento.
  • Almendras dulces: Es otra gran opción si lo que quieres es nutrir y potenciar la elasticidad de tu piel. También ayuda a bloquear los rayos de sol y favorece la circulación.
  • Aguacate: Tiene una textura pesada, pero es calmante y no deja ningún residuo graso. El aceite de aguacate ayuda a mejorar la elasticidad de la piel, es rico en nutrientes, hidratante y es excelente para la piel madura.
  • Avellana: Es un aceite de color ámbar pálido con un olor agradable. Es similar al de almendra, al que a menudo sustituye. Este es beneficioso para la piel grasa debido a sus cualidades astringentes. Se absorbe rápidamente y es útil como base para pieles grasas o propensas al acné.
  • Aceite de semillas de cáñamo: Es acondicionador y regenerador. Es especialmente bueno para hidratar la piel seca y dañada y funciona bien para el eccema y la psoriasis. Reduce el envejecimiento y es antiinflamatorio. Penetra rápidamente y su tacto es seco.
  • Albaricoque: Se absorbe bien, no es grasiento y funciona como un emoliente enriquecedor, perfecto para suavizar la piel y prevenir la sequedad. Es ideal para pieles sensibles, secas y maduras.
  • Sésamo: Es rico en vitaminas y minerales. Algunos de sus usos recomendados son para la psoriasis, eczema, artritis, y como suavizante de la piel.

Lo más importante a la hora de seleccionar el aceite es que sea puro y natural, y que no contenga ningún otro añadido.

Sin embargo, aunque me guste mucho elaborar mis propios cosméticos en casa, tengo que reconocer que lo más cómodo y conveniente (también para la piel) es utilizar un exfoliante comercial.

¿Por qué? Bueno, esto no lo sabe todo el mundo, pero las aristas de los gránulos de azúcar (y también de sal y semillas) pueden provocar microroturas en la epidermis.

Tu no lo vas a notar, pero están ahí. Y con cada exfoliación hay más microroturas.

Pero no vale cualquiera, solo los que utilicen ingredientes naturales, y aporten ese extra tan beneficioso para tu dermis.

Yo siempre recomiendo el de mi marca preferida: Akento.

Y con todos estos consejos solo me queda desearte que disfrutes de tu propio exfoliante corporal casero o comercial, y de tu nueva piel sana, brillante, suave y flexible.